Stoker ya tenía escrita buena parte de su obra de teatro -por que «Drácula» se concibió como una obra de teatro- basada sobre todo en «Carmillia» de Le Fanu, «El vampiro» de Polidori, y posiblemente en «El castillo de los carpatos» publicada por Julio Verne cinco años antes.
Cuando Stoker estaba investigando sobre el pasado de Moldavia y Rumanía para su obra, que iba a titularse «El conde Vampiro», se encontró con la biografía de Vlad III «Draculea», el hijo del Dragón (Dracul significaba Dragón para el sacro imperio Romano-Germánico, sin embargo en Valaquia también significaba Demonio) igualmente llamado Vlad Tepes, el empalador. El escritor quedó impresionado;
«Dracul» fue una distinción del Emperador Segismundo, que a finales del siglo XIV creó una sociedad de caballeros valerosos, «Dragones», para combatir a los turcos, al Imperio Otomano. La orden del Dragón.
Vlad II fue uno de los distinguidos;
Vlad III nació coincidiendo con esa distinción, por eso heredó el sobrenombre de «hijo de…» siendo por cierto el segundo, no el primogénito. La guerra contra los turcos llevó a Vlad II a pactar con el enemigo, entregando a dos rehenes amistosos, su segundo y tercer hijo. Vlad III y Radú; Probablemente ese tiempo de cautiverio y todo lo que Vlad vivió allí, fue lo que le convirtió en un monstruo. Y es allí, en cautiverio de los turcos, donde aprende ese peculiar modo de ajustamiento, quizás comparable a la crucifixión romana… el empalamiento.
Ambos son liberados, pero Radú elige quedarse. Vlad regresa a su casa, tiene unos diecisiete años, y al volver descubre que los nobles han conspirado contra su familia. Han apaleado a su padre hasta la muerte, y enterrado vivo a su hermano mayor. A él lo apresan, quizás no lo consideran una amenaza y por eso lo dejan vivir.
1456, Vlad ha escapado, tiene aproximadamente 25 años y cuenta con los suficientes apoyos como para reclamar sus derechos legítimos al trono de Valaquia.
1459, Organiza una gran fiesta, a la que invita a todos sus nobles (entre los cuales están los responsables de la muerte de su Padre y Hermano, y su propio encarcelamiento) tras el banquete los soldados irrumpen asesinando a la mayoría, otros serán posteriormente empalados, y los más jóvenes apresados y destinados a trabajos forzados.
1461, Vlad III se niega a seguir pagando tributos a los Turcos, empieza la guerra. Cruza la frontera del Río Danubio, a tierras Búlgaras donde arrasa con todo, destruye los campos para evitar que el enemigo encuentre víveres, envenena los pozos de agua y empala a cuantos prisioneros captura.
1462, Vlad Tepes envía una carta al Rey de Hungría: «He empalado a 23.884 prisioneros»
Estando en gran inferioridad numérica, Tepes ha optado por la guerra de guerrillas. Golpea y huye. Por esa política de tierra quemada, evitando que el enemigo encuentre comida o agua potable. Por la guerra bacteriológica, ya que ordena disfrazar a enfermos de Peste o Tifus con las ropas de los soldados capturados y los infiltra en los campamentos Turcos. Y por la guerra psicológica, plantando auténticos «bosques» de empalados; En el verano de ese mismo año, el Sultán Turco sentencia: «No podemos luchar contra el Diablo, en el infierno»
No obstante la superioridad numérica se impondrá, y Vlad será vencido y apresado. Su mujer e hijo se suicidan lanzándose al vacío desde una torre del castillo, para evitar ser capturados. Dicen que durante el tiempo de su encarcelamiento, Vlad III torturaba y empalaba a cuantos animalitos caían en sus manos.
1473, consigue la libertad y se une a las tropas de Esteban Báthori contra los Turcos.
1476 Recuperará el trono. Unos meses más tarde morirá en una emboscada. Con unos cuarenta y cinco años de edad;
Posteriormente, el dictador Nicolae Chauchescu recuperará la figura de Vlad III,ensalzándolo como un héroe y convirtiéndolo en un símbolo nacional;
Las fuentes en las que me he basado para escribir esta breve cronología, son la Wikipedia, a la cual teneis varios enlaces. Pero sobre todo el programa de radio «La Rosa de los Vientos» del desaparecido JOSE ANTONIO CEBRIAN
En la historia de la literatura abundan las vidas desdichadas, pero ninguna tan marcada por una maldición tan terca y tenebrosa como la de Edgar Allan Poe. Su biografía (1809-1849) es muy conocida por los ya tristes tópicos de la miseria, la soledad, el alcoholismo y la locura; sin embargo será la muerte la que marque implacablemente su existencia, moldeando poco a poco su compleja personalidad.
Debemos al doctor John William Polidori (1796-1821) el primer esbozo de lo que será la imagen clásica del vampiro literario, su personaje Lord Ruthven es un aristócrata vil, frío y enigmático, perverso y fascinante para las mujeres, un caballero que esconde en su interior un monstruo… es decir Lord Byron. Polidori procedía de una familia de origen italiano con aficiones literarias. Estudió medicina y se graduó precozmente con tan sólo diecinueve años en Edimburgo, con una disertación de fin de carrera sobre el sonambulismo y el mesmerismo, indicio claro de una temprana curiosidad hacia lo extraño. En 1816 se convierte en el secretario y médico personal de Lord Byron, a quien acompaña en sus viajes por Europa. Byron quedó encandilado inmediatamente del joven médico y lo contrató, pero pese al acercamiento inicial la relación entre ambos no puede ser más penosa, Polidori ataca los nervios de Byron, quien lo convierte en el centro de sus burlas y sarcasmos. Byron se burlaba abiertamente de su joven médico. Basándose en Byron, y como un pequeño acto de venganza, Polidori escribe la única de sus obras que ha tenido algo de repercusión, “El vampiro” basándose en un fragmento autoría del propio Byron, y en la obra de una de sus ex amantes, Lady Caroline Lamb, que describe en su obra Glenarvon al célebre poeta como un hombre de crueldad inaudita llamado Ruthven Glenarvon. La obra de Polidori se publica en la revista New Monthly Magazine, donde por un sospechoso malentendido del editor, la obra aparece firmada por Byron, lo cual aseguró el éxito de la historia. Goethe llega a afirmar que le parecía lo mejor que Byron había escrito. “Poor Poli-Dolli” como le llamaban Byron y Mary Shelley muere con tan sólo veinticinco años, en 1821, harto de una existencia tan poco ilustre, puso fin a su vida con un veneno poderoso. La familia, para evitar el escándalo borró todas las pruebas del suicidio, echando tierra al asunto y a la vez, al quizás único gesto verdaderamente singular de su existencia. El recuerdo de Polidori no deja de ser irónico. Su cuento, pese ha haber sido denostado, sigue siendo, a pesar de todo, la historia de terror que más influencia ha tenido en las letras inglesas.
ADRACUL 